“El amor es de los temas que más me gusta profundizar; a partir de la mitología, a partir de la filosofía y por supuesto, a partir de mi propia experiencia….”
Guille Elizondo
Teóloga y Tanatóloga
Máster en Psicología Holística y Adicciones
El mito de la media naranja..
En el mito de Andrógino nos cuenta Platón, que la humanidad se dividía en tres géneros, el masculino, el femenino, y el andrógino (Andros-Hombre y Gino-Mujer). Este último era de forma redonda con 4 brazos, 4 piernas, 2 caras y 2 órganos sexuales. Zeus con un rayo lo dividió como castigo y es el amor quien trata de encontrarlos para volver a unirlos y que alcancen su plenitud y felicidad.
En el Hunduismo Shivá y Shakti (su esposa Parvati) existen como una misma realidad vista desde diferentes ángulos y permanecen eternamente inseparables.
Otro mito del Talmud y el Zohar, dice que el primer ser humano fue hermafrodita, Adan era hombre y mujer a la vez. Dios tomó uno de sus costados para crear el amor, cortó verticalmente dividiendo de un lado hombre y del otro una mujer.
Podría resumir entonces que, a partir de la mitología, el Amor es esa búsqueda del otro porque sin él, uno permanece a la mitad.
El amor en la Filosofía …
Platón considera el amor como un modo de caza en el “Sofista” y en “Fedro” como una locura. Para Platón, el amor siempre es a “algo” que se tiene o no se tiene. Por su parte, Plotino nos dice que el amor es del alma a la inteligencia y hace que la realidad perciba su fuente. San Agustín dice que el amor al prójimo es bueno cuando es por amor a Dios y malo cuando es una tendencia solamente humana. Freud dice que el amor es el instinto de vida, los impulsos psiquicos de conservación y sexuales que se oponen al instinto de muerte, y en el mito de Narciso, descubre la formulación clásica del amor y la veneración a sí mismo. El placer de la propia interioridad que hace que una persona sea egocéntrica.
Para Sartre, la emoción (amor) es una manera de ser de la conciencia, el otro, con su mirada, nos define, nos percibe como cosa, nos quita la libertad y el entenderlo humanamente es imposible. Russell piensa que la verdadera felicidad solo se consigue cuando se sale de sí mismo y la preocupación se centra en los otros. Para Gasset el amor hacia alguien en particular nace de lo más profundo y místico, es la preferencia más íntima y misteriosa que forma parte del carácter individual.
Limitando esa palabra que pretende contener una realidad incontenible “el amor” a una descripción, Aristóteles, Hobbes, Hume, Freud, y otros, lo exponen como una “pasión sensible”. Descartes, Spinoza, Leibniz y Bergson, entre otros, una “pasión del alma”; para Kierkegaard y Ricoeur es “un don sobrenatural divino”. Platón, Tomás de Aquino y Lacroix, lo definen como “acto o virtud de la voluntad”. Los más modernos dicen que el amor es “un sentimiento del corazón, potencia distinta del intelecto y de la voluntad”.
Para Wolff y Entralgo se trata de “un estado o disposición”, mientras que Locke dice que es “una idea que surge al reflexionar sobre nuestro deleite”, Agustín de Hipona y Sheler dicen que el amor es “una dimensión radical de la intimidad personal humana”.
“El amor no es esencialmente una relación con una persona específica; es una actitud, una orientación del carácter que determina el tipo de relación de una persona con el mundo como totalidad, no con un objeto amoroso. Si una persona ama sólo a otra y es indiferente al resto de sus semejantes, su amor no es amor, sino una relación simbiótica, o un egotismo ampliado“.
Erich Fromm. El Ate de Amar.
Para Fromm el amor es un arte. Husserl expresa que el amor revela la individualidad de la persona que ama y de la persona amada fundando una “comunidad del tender”. A partir de ello, entonces, ¿el amor se aprende? ¿se enseña? ¿se logra educar a alguien en el amor?
En la filosofía clásica el griego “Filo” significa Amistad y Amor. En latín “Ami”, que proviene del Amor, significa Amistad. Pero “Filo” también significa hilo o hijo, es decir, aquello que une, aquello que crece en uno, aquello que uno ve crecer y al que le aporta lo mejor de sí. Podemos establecer entonces que la amistad y el amor están relacionados y se justifican en el hilo que los une y en los hijos (o logros) que nacen de esa relación.
Si queremos tener amigos, o cultivarlos, lo primero que hemos de preguntarnos es qué nos une a otra persona, qué tipo de intereses mantenemos en conjunto, y qué tipo de conquistas queremos compartir.
La experiencia …
En todo este estudio que me apasiona y me hace ahondar en más disciplinas y temas, alguna vez apliqué la fenomenología de Husserl a la sensación de las famosas mariposas en la panza. Purifiqué el fenómeno, es decir, hice el intento de purifucar la sensación para que manifiestara su esencia, no negando su existencia sino purificando al idealismo de todo exceso especulativo. ¿Y sabes qué? No me dio resultado. Así que otro día se me ocurrió hacer lo mismo mediante la etiología filosófica, es decir por sus causas, uff, fue entonces cuando descubrí que podía tratarse de una dependencia emocional o una necesidad de cariño confundida con “amor”.
Qué difícil es definir o conceptualizar la palabra AMOR como sentimiento o idea. Cada vez que se menciona «el amor» es difícil no relacionarlo con la idea de pareja o con el amor romántico; ese sentimiento extremo y en general trágico, del que están impregnadas las canciones y películas románticas. Ese amor que Platón concluye como “imperfección” intrínseca, por tratarse de la continua búsqueda de la satisfacción del deseo.
Algunas veces, las creencias adquiridas sobre el amor, y todo lo que se habla o canta de él, nos cuestionan sobre si no estaremos dejando pasar lo más por lo menos. Las enseñanzas que recibimos y las creencias que adoptamos vienen cargadas de las experiencias de alguien más, mi papá decía “cada quien habla como le fue en la feria”. Hoy, para realmente hacernos concientes, habría que reconsiderar esas convicciones heredadas o adquiridas, restablecer la autoestima, reparar la percepción de “amor”, y sobre todo la percepción de merecimiento.
“La clave de la felicidad, tanto en el amor humano como en el divino, reside sobre todo en la calidad de la intención de los amantes”
Michel Esparza Encina.
Independientemente de lo que entiendas por amor, es importante conocer el tipo de amor que te une a cada persona, y la intención de ese amor…para no errar, para no herir, para no sufrir.
Estoy convencida de que el amor es más que un mero estado emocional. El amor es un estado de conciencia. El nivel de amor depende del nivel de conciencia estando conectado a la accesibilidad de la realidad objetiva de cada quien. Solo hay amor en donde hay verdad y conciencia.